MI PERCEPCIÓN DOCENTE
1.
Reconstrucción
de mi práctica educativa.
Un primer
acercamiento que tuve al ámbito educativo fue desde pequeño, pues desde que
tengo memoria mi padre siempre fue un respetado director de primaria, así que
al ingresar a la escuela estuve muy cerca de los problemas que tuvo que
enfrentar con padres de familia, alumnos y maestros, además de encontrarme
siempre rodeado de docentes escuchando
sus platicas.
Cuando
decidí ingresar a la escuela Normal de San Marcos, tuve que analizar ampliamente
el examen de admisión, pues mis ganas de ser maestro eran enormes, lo cual se
demostró cuando fui de los primeros lugares en la evaluación.
Dentro
de la escuela Normal busqué prepararme al máximo, ingresando a todas las
actividades curriculares y extracurriculares hasta donde el tiempo y el cuerpo
me lo permitía.
Todo
lo anterior creo que fue la base para formar la identidad que poseo en la
actualidad, todo, absolutamente todo lo que aprendí me ha servido de una u otra
forma dentro de mi servicio docente, pues puedo moverme a lo largo de cualquier
escuela con la seguridad que me dan todos mis conocimientos y habilidades. En
muchas de las instituciones me tocó ver a maestros de todos tipos, desde los más
habilidosos y responsables hasta los más ignorantes e irresponsables, pero lo
que habla de nosotros como personas son las ganas de aprender.
Cuando
me convertí en Licenciado en Educación Primaria pensaba que el mundo se
manejaba como en San Marcos, que todo era posible simplemente con las ganas y capacidad
de hacerlo. Comencé a trabajar en la ciudad de Charcas, municipio de San Luis Potosí,
donde llegué a una escuela llena de maestros con más de 15 años de servicio,
donde el primer problema fue la actitud de alguno de ellos, pues me veían como
un novato que poco sabia sobre la profesión, además de que quedé al centro de
sus problemas personales. Otra dificultad con la que tuve que lidiar durante
mis primeros 3 meses fue la actitud de algunos padres de familia y la
disciplina de los alumnos.
De
esta etapa de mi vida comprendí que para que una escuela salga adelante es
necesario trabajar en un colectivo docente, donde el director debe de ser un
líder y jalar a la mayor parte posible de los maestros hacia un objetivo común,
lo cual no se realizaba, pues estaba a punto de jubilarse y prefería no meterse
en problemas. En cuanto a lo de padres de familia me di cuenta que ellos nos
“miden”, es decir, tratan de controlarte y decirte que hacer viendo de que
manera reaccionas a cada una de sus actitudes, hay que hacerles ver quién es la
autoridad dentro del aula y mostrarles que hay maneras de hacer las cosas. Con
los alumnos el error cometido fue el de titubear en las decisiones a tomar en
cada acción, lo cual notaban y aprovechaban para portarse como debían lo cual
complicaba la situación dentro del aula, de esto aprendí que debo tener
seguridad ante ellos e ir de frente ante todas las adversidades.
Cuando
terminé el primer contrato fui mandado a una comunidad llamada La Dulce Grande,
donde el ambiente era un poco más relajado debido a que la mayoría del personal
era de nuevo ingreso al servicio, llegamos a aprender y realizamos un buen
equipo durante el primer año. Ahí conocí una forma de pensar que en la
actualidad no me parece adecuada, la de la “exigencia de derechos”. Esta manera
de actuar es en la que el maestro busca trabajar lo menos posible manipulando
leyes, lineamientos y programas. De ninguna manera creo que debemos dejar que
pisoteen nuestros derechos, más bien el de hacernos responsables de nuestras
obligaciones. Considero que perdí excelentes oportunidades de preparación y
actualización, pues estaba tan encerrado en esa burbuja que no me di cuenta de
todo lo bueno que había a mi alrededor. El aprendizaje ahí es que siempre
debemos estar abiertos a todo, aunque eso implique trabajar más y descansar
menos (por el mismo sueldo).
La
siguiente escala fue una escuela bidocente en una comunidad de Salinas de
Hidalgo, S. L. P. donde desempeñé la función de director comisionado, lo cual
trajo consigo una enorme cantidad de trabajo administrativo y responsabilidad,
ahí pude conocer lo complicado de estar al frente de una escuela, donde si algo
falla no hay nadie que esta antes que uno mismo para corregirlo. Ahí comencé a
actualizarme y aprovechar todo lo que me ofrecía la secretaría para seguir
preparándome.
En
la actualidad voy por mi segundo año en la escuela primaria “Benito Juárez”
donde conocí la forma de trabajo al máximo y la posibilidad de aplicar todo lo
aprendido en la Normal, pues contaba con una enorme cantidad de material. Estoy
tratando de rescatar la esencia de los “maestros de antes”, es decir, busco dar
un poco más de lo que me exige el contrato. Soy encargado de la banda de Guerra
de la escuela, trato de enseñar a los niños a cantar para formar un coro en un
futuro, estoy intentando formar una rondalla pequeña de niños, lo cual realizo
en horario extraclase. Todas estas actividades me han permitido demostrar a los
padres de familia que realmente me interesa y me gusta mi profesión, lo cual
implica el tener su apoyo.
Mi
objetivo es tratar de llegar a ser uno de los mejores maestros del país, dando
a la sociedad alumnos realmente preparados en todos los ámbitos que la sociedad
exige.
2.
Un
día de trabajo
Durante un día normal de trabajo lo
que hago es lo siguiente:
1.
Realizar
el pase de lista y revisión de tareas, con la intensión de tener un registro
base del trabajo de alumnos.
2.
Repasar
contenidos en los que se tiene dificultad o lectura de comprensión, para que
las bases del aprendizaje no se olviden
3.
Trabajar
con las materias de español o matemáticas, pues es el momento del día en que
los alumnos ponen más atención y son las materias más básicas.
4.
Trabajar
con Ciencias naturales, Historia, geografía, Formación cívica o educación
artística para cumplir con la curricula.
5.
A
la salida quedarnos una hora extra, con el fin de complementar lo no entendido
o realizar una actividad extra.
6.
Asistir
(maestro) a grupo de danza o juegos deportivos con el fin de complementar mi preparación
física y artística.
Mi mayor orgullo es que estoy
preparado (aunque sea un poco) para cualquier actividad que se me asigne en la
escuela, porque he hecho de todo a lo largo de mi vida.
Yo considero que somos maestros de
tiempo completo y por tanto debemos de estar preparados para todo, lo cual
muchos consideran que no debe de ser, pues dicen que no es posible trabajar
tanto pero yo creo que sí. La pegunta es ¿Cómo? Y la respuesta es lógica,
amando lo que hacemos.
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